Mis ojos se despliegan
y el desierto vuelve a amanecer
perpetuo ahí
la gente no me oye
por los sentidos propios titubean
y pensante a mi llamado quedan alertantes.
Joya amada, deseo intranquilo
sueño de cada noche callado, aferrado
a que mi persona solo lo sepa, o quizás
el viento también me escuchó.
y en volá voladora colapsé la neurona...
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